El retorno a la inocencia, únicamente parece posible con la llegada de los Reyes Magos de Oriente.
El Evangelio de San Mateo (Mt 2, 1-12) cuenta de unos Magos* que vinieron de Oriente buscando al nuevo rey que habría de nacer. En las Escrituras no se abunda mucho sobre su origen, su personalidad, sus rasgos, ni siquiera sus nombres.
Se asume que eran «sabios» o astrónomos, llamados en aquella época como «magos», porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo rey.
Como venían con regalos para el rey que habría de nacer, la tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándole un nombre y rasgos específicos a cada uno.
Nunca eres demasiado mayor para creer en Melchor, Gaspar y Baltasar.