La melancolía moscovita se refleja magníficamente en este salón, paradójicamente perceptible a los ojos del espectador siempre más que en los del propio protagonista.
Jaime Hayón, usa recursos naturales como marmol de Carrara , maderas exóticas y cortinas de seda para recrear el espectacular escenario dónde encontrar los huevos de los zares.