Fabergé: Lost and Found de Kenneth Snowman, con archivos históricos imprescindibles para entender el funcionamiento y la perfección de las exquisitas piezas de esta casa rusa.
Sólo con escuchar Fabergé, nuestra mente vuela libremente hacia la época zarista y los impresionantes huevos de Pascua que su fundador Peter Carl Fabergé introdujo en el mundo de la joyería.
En 1917 con la Revolución rusa termina la dinastía zarista y Fabergé fue nacionalizado por los bolcheviques, los descendientes de Peter Carl perdieron los derechos y el nombre, reapareciendo tras la II guerra mundial en USA sin que los empobrecidos familiares del joyero pudieran tomar ninguna medida legal para evitarlo. Lo peor que utilizaron el apellido para comercializar un perfume barato Brut de Fabergé.
El encargado de resucitar Fabergé es un inversor sudafricano: Brian Gilbertson, que junto a su hijo Sean, han presentado la nueva colección en Goodwood House, estancia solariega del duque Richmond, porque en su Salón egipcio en 1814 el zar Nicholas II desayunó ya que se había acercado para visitar la flota británica, Nobleza obliga o ayuda en este caso ?
Una de sus primeras medidas para actualizar la casa, ha sido asociarla a su apellido original, así que la octogenaria Tatiana Fabergé, bisnieta del creador, pertenece a la compañía.
Han abierto de momento, una sola tienda en el mundo, el lugar escogido no podía ser más que la capital de las joyas: Ginebra, empezará a funcionar al finales del mes de Noviembre, sólo se podrá entrar en ella bajo cita previa.
Adivinad su técnica estrella de venta: Internet !!!
En la web; http:// www.faberge.com, aportas tus datos y te facilitan una clave para descubrir este mágico universo y descifrar el secreto mejor guardado por el Zar Pedro el Grande.
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