Las pulseras acrósticas surgen por primera vez en la época de Napoleón, Nitot, fundador de la maison Chaumet fue el primero en crear dos pulseras de este tipo para Josefina de Bauharnais.
El gusto por lo secreto, los mensajes codificados y de las joyas sentimentales hicieron que triunfarán de inmediato.
Ahora Chaumet, quiere que sintamos lo mismo, porque mediante el alfabeto de 26 gemas de A a Z, se pueden crear palabras, nombres o fechas, convirtiéndose para la persona que recibe este homenaje en forma de joya, en un regalo de gran valor, original y muy personal.