Chanel se reinventa una vez más de la mano de Karl Lagerfeld. Tecnología y tradición caminan de la mano en una simbiosis perfecta.
El escenario habitual: Grand Palais se engalano con una espectacular selva artificial.
Tweed y Paillettes contrastaron en armonía con las botas negras planas.
El vestido de novia, bucólico y maravilloso desperto la admiración del entregado público allí presente.
Me encanta la alegría y vitalidad de las flores y colores y la elegancias de los tonos pastel. Pero lo del ombligo al aire… no me veo yo…
Bisous
S.
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Hola S,
El jardín artificial impresionante 😉
XOX